Se están cumpliendo dos años desde que me embarqué en esta
aventura. Y me encanta. De corazón deseo que sean muchos más de aventuras en la
vida. Sea lo que sea.
Entre los 20 y los 30 mis aventuras eran más cortas. Mis ciclos
eran de entre 6 a 8 meses. Esos eran los meses en que daba mis ciclos por
concluidos y luego de eso quería mudarme, renovarme, cambiarme de trabajo y de
ciudad.
“Vas a madurar”, me decían, y pensaba que me deseaban la
mala suerte. Le huía al mundo porque pensaba que madurar era vivir sin
aventuras. Y yo quería siempre sentir curiosidad.
Dicen que la curiosidad mata al gato. Y a mí me parece una frase
temeraria. Seguro que algo de verdad tiene, pero no creo que sea la curiosidad
la que nos mata…