Mermelada de rosella en una cocina parabólica solar







…Al calentar el agua para el té, revisa que los rayos de sol den en el lugar indicado. Previamente sacó  el pan. Nos está preparando la merienda en su cocina que no es una cocina cualquiera, ubicada afuera de la casa. Y yo me regocijo por el mimo mientras voy a buscar las tazas. La mesa está servida. Té de rosellas, pan integral y mermelada de rosellas. Toco el cielo con las manos. Me cuenta que tiene un pote preparado para nosotros. Al cielo ya lo traspaso…

Eso fue hace poco más de un mes, en Encarnación, cuando tuve la suerte de entrevistar a Olga Samcevich de Ladán. Desde ese día, cada vez que quiero imaginar a una mujer del futuro, su recuerdo me viene a la mente. Olga es una artista plástica premiada y una docente jubilada de alma joven y 83 años. Creo que su mirada fresca nace de la pasión. Cuando habla de pintura o de cocina pareciera que le sube la temperatura del cuerpo y uno aprecia más sus bellos lapachos de acuarela, así como el sabor de la rosella que se disuelve en la boca, un dulce que fue preparado de una manera poco tradicional: en una cocina parabólica solar. Sí. En su patio tiene tres, aparte de un horno solar, un secador y un calentador solar para el baño.  Toda una revolución  ecológica.