Sabina

Desde hace unos días que corría la voz de que venía Sabina a Zacatecas. Primero rumoreaban que la entrada iba a costar lo mismo que an Aguascalientes, o sea la más barata, 900 pesos mexicanos. "Nde", le dije a Amadeo, "entre los dos suman 1800, no podemos ir". Pero al final, el gobierno terminó trayéndolo y la entrada va a ser con boletos gratuitos.

Un día antes de la entrega de entradas ya había una cola frente a la Secretaría de Turismo. El día que las iban a dar, llegué a las 11 a comerme la fila de dos cuadras con mi hija. Estábamos justo frente al Ex Convento San Agustín, mientras Jade aprovechaba para subir y bajar las escaleras del ex convento yo renegaba desde las filas y tenía que ir a buscarla cada dos por tres. No había caso, me miraba pícara, "hola ma", me gritaba la petisa de dos años y se escondía otra vez tras el mural para que la vaya a buscar. Eso de mantenete en mi vista lo caza pero no lo obedece.

Las mañanas son frescas pero salió el sol y empezamos todos, porque todos los de la fila andábamos abrigados, a quejarnos del sol que nos caía encima. Típico, que te pones a hablar con tus compañeros de fila para hacer un poco más amena la espera. No quedaba otra, con Jade armando lío eso de los auriculares y el MP4 es soñar. Lento, lentamente, pasó una hora. Lento, lentamente, avanzamos una cuadra. En eso aparece uno de los guardias contando una por una nuestras cabezas. "Hasta acá", dice y limita la fila a seis personas atrás mío. "Que pedo", pensé , "zafamos".

Los demás, que empezaron a los gritos, se inscribieron en una lista para que al día siguiente retiren sus entradas sin formar la cola. Nosotros nos quedamos a esperar nuestro turno y en esa nos avisan que están entregando una por persona, nde otra vez, como puede ser si hace diez minutos entregaban dos por cada uno. Más quejas.

Hora después y a solo tres personas para que me toque, zas:

-"No hay más entradas", grita el guardia.
-"Qué???"
"No hay más", dice muy pancho.

Los diez ñatos que quedábamos nos pusimos de malas. Como bruja gritona empecé a quejarme que me pasé dos horas en la fila bajo el sol con mi beba y que eso era una
falta de respeto (para eso Jade ya estaba subiendo las escaleras de Turismo, le
valía gorro que no nos dejen pasar), todo el mundo gritando, llegó la prensa, PAF, me enzoquetan un flash en la cara, "uy", pensé, "mi mejor perfil de loca", Jade disfrutando el espéctaculo y en medio del ruido el tipo grita, "esperen eperen". Después de unos minutos y tras echar a la prensa nos dice que nos va a dar una entrada a cada uno.

- "Bueno", decimos todos, "¿y cómo hacemos para retirar otra?.
- "Vuelvan mañana".
Ufff. Cuando me toca a mí el (ya a esta altura) pobre hombre, me pregunta cuantas necesito.
_ "Solo dos", le digo victimita.
- "Toma pero no le digas a los demás"
-"No, no. Gracias!"
- "Y no vuelvas más", me pide.
-"No, no me ves más", le contesto. Rápidamente alzo a Jade que ya estaba con el pañal re cargado y me voy dos cuadras a visitar a mis ex compas del trabajo. Le cambio el pañal mientras parloteamos sobre las novedades y se me pasa el tiempo. Iba por quince minutos y pasaron como tres horas. Miro el teléfono y tenía llamadas perdidas del Amadeo. "A" me dice que no actualizo más el blog. Le cuento que vinieron mi hermano y mi viejo, uno por una semana, otro por un día y que el resto del mes me lo pasé cocinando a full todo el día, que a la compu ni la quería ver y que me aluciné preparando masas de alfajores, de pizzas, de tartas, "Ponte las pilas", me dice, "sí, sí, en estos días" y acá cumplo poniéndome media pila.

"Pucha, es tarde", le digo a "S", "vamos pues a casa". Y nos venimos a casa y preparo unas empanadas. Que loco, pienso. Cuando estaba en Paraguay o Argentina me agarraban unos antojos terribles de comer comida mexicana. Una vez de internet saqué una receta y me salieron unos tacos terriblemente malos pero me los comí con un placer!! Amadeo se ve que no tanto que esa semana me llevó a comer comida mexicana, puf, comí hasta que casi salgo rodando. Acá me rodea toda la comida mexicana y eso me ayuda a aprender a cocinar las recetas de mi tierra. Antes si quería algo bajaba y me lo conseguía en la panadería o la roticería, bueno, ahora tengo que ingeniármelas...

Llega Amadeo y me dice que vio la foto que me sacaron del diario y que la editó para que no salga protestando frente a la Secretaría. "S" se descostilla de risa, ni me imaginé que el fotógrafo fuera del mismo periódico donde labura Amadeo. "¿Pero conseguiste las entradas?", me pregunta. "Claro", le digo, y las entradas ya las tengo pero eso no es aún señal de éxito.

Siendo mamá el destino depende prácticamente de Jade, queda cruzar los dedos para que el sábado no le de diarrea ni tos y por supuesto, si Jade está perfecta, que a Sabina no le den anginas.

Música del mundo

Putumayo World Music tiene 17 años proponiendo música que acerca culturas. El sello, fundado por Dan Stoper se ha expandido a los cinco continentes, demostrando que en época de crisis para las discogáficas, las ideas que difunden la cultura del mundo van para adelante.

Mediante Putumayo pude conocer artistas de los que no tenía idea y no me he llevado más que gratas sorpresas. Invito a visitar la web oficial www.putumayo.com y a buscar algunos de sus videos.

También lanzaron una colección Putumayo Kids, una selección de buenísimos temas para niños, en versiones originales.

Putumayo Latin Lounge: Wagner Pa & Brazuca Matraca "Folia":

Viajar en familia

Hace unos días me escribieron dos chicas para contarme que estaban planeando un viaje por Latinoamérica. Me encanta que la gente viaje y bien colada, siempre termino sintiéndome cómplice cuando alguien está empacando. Pero les conté que por esas cosas de la vida estaba viviendo ahora en Zacatecas, México, que tenía una niña y que a pesar de que seguíamos en movimiento los viajes eran diferentes, muy diferentes.

La primera vez que Jade subió a un avión tenía dos meses de vida. Fue un viaje ida y vuelta, sabía perfectamente adonde iba y por cuanto tiempo. Nada más lejos que andar de mochileros. Para esa ocasión el equipaje fue algo extenso y después seguimos trasladándonos con cierta histeria de padres primerizos que quieren tener todo bajo control.

Ya no somos tan neuros como aquellas primeras veces. Me tocó viajar sola con Jade en colectivo, auto y avión en viajes largos, me tocó viajar con Amadeo, con mi hermano y con una amiga de oro, de oro, (gracias Amelí!) que me ayudó en una de mis mudanzas con una energía envidiable. Recuerdo que mientras Jade andaba colgada de un portabebés la loca me ayudaba a cargar hasta mi máquina de coser.

Pero todos los viajes post nacimiento, incluido el último con mucho menos equipaje, fueron completamente planificados. No conocíamos Zacatecas cuando vinimos de Asunción pero a Amadeo lo esperaba un trabajo y reserva de hotel. Al llegar sólo tuvimos que decirle al taxista adonde nos tenía que llevar.

Un tiempo, este tiempo, me olvidé de los viajes de mochila. Creí que la maternidad y los viajes de mochila eran agua y aceite. Anoche me agarró cierta nostalgia por la ruta y mirando blogs me reencontré con los Zapp, aquel matrimonio argentino que hiceron la ruta Argentina - Alaska. Hoy tienen cuatro hijos y siguen viajando, ahora andan por Nueva Zelanda.

Les dejo la ruta de enlace un video extraído de la web de esta hermosa, hermosa, hermosísima familia, que demuestra que viajar es un sueño que todos podemos realizar, solos o con los que más amamos.

(Antes del video pasan una publicidad, pero vale la pena esperar).