"Pobre, seguro que extrañás"

Siempre es lo mismo. Cuando voy a la tienda, cuando empiezo un trabajo, en la parada del colectivo, hay alguien que me afirma a modo de pregunta “seguro que extrañas”. Y siempre contesto con un “sí, claro" de manera automática, para no parecer insensible.
Es más facil decir sí a decir más o menos o a veces, que tendría que venir seguido de una explicación.

Si vivo lejos es porque quiero, no por exilio económico (aunque en parte sí), ni social (aunque en parte sí), ni tampoco porque no extrañe (aunque en parte sí). Es un poco de todo pero más que nada porque tengo ganas, tengo ganas de cambiar de aire aunque sepa querer, encariñarme, pero me aburre amanecer todos los días en el mismo sitio aunque eso no impide que adore a mi familia y amigos.

El tedio es tan plomo como lo sería tener el mismo trabajo por años, la misma casa, los mismos vecinos aunque eso implique ir siempre de costado y no para adelante en términos que tampoco me sacan el sueño.

Cuando llegan las fiestas de fin de año la historia se repite. Algún alma piadosa extiende una invitación porque no quiere que pasemos solos las celebraciones, pero no saben que nosotros disfrutamos muy especialmente pasar las fiestas así. Amadeo y yo somos hijos de padres separados y siempre fin de año era un dilema, teníamos que dividir con quien pasar la navidad y el año nuevo cuando en el fondo queríamos pasar esos días en nuestra casa, tranquilos y si es posible en pijamas. No nos importaban los regalos, ni emborracharnos, ni el pavo ni los primos. Sólo queríamos un día lo menos complicado posible.

Hay momentos de inevitable añoranza, que tengo la necesidad imperiosa de un abrazo materno, un mate con amigas que ya casi son hermanas, acariciar a mi perro. Pero un tiempo en cada lugar es tan benéfico como abrigarse en el invierno y tomar más agua cuando empieza el calor. Eso no lo cambiaría por acumular cosas, ni fotos, o años de estabilidad laboral.

Estamos llenos de estereotipos. Yo creía que todos los migrantes viajaban por necesidades económicas pero me sorprendió conocer a muchísimos que lo hacen por la aventura. Lo ratifican yendo y viniendo casi sin cambiar de equipaje.

No todos buscamos lo mismo y la mayoría de mis respuestas son un más o menos.