Con toque de laurel...


Se están cumpliendo dos años desde que me embarqué en esta aventura. Y me encanta. De corazón deseo que sean muchos más de aventuras en la vida. Sea lo que sea.

Entre los 20 y los 30 mis aventuras eran más cortas. Mis ciclos eran de entre 6 a 8 meses. Esos eran los meses en que daba mis ciclos por concluidos y luego de eso quería mudarme, renovarme, cambiarme de trabajo y de ciudad.

“Vas a madurar”, me decían, y pensaba que me deseaban la mala suerte. Le huía al mundo porque pensaba que madurar era vivir sin aventuras. Y yo quería siempre sentir curiosidad.

Dicen que la curiosidad mata al gato. Y a mí me parece una frase temeraria. Seguro que algo de verdad tiene, pero no creo que sea la curiosidad la que nos mata…

Invierno


Hace unos meses tuve un disgusto y caí en modo invierno. hice lo mejor que pude. primero me puse una faja alrededor del útero, porque sentía frío en la matriz. me puse medias y zapatos abrigados y me di baños calientes, pero el frío no se iba. Busqué el gorro de lana y un poncho pero el frío seguía estando ahí.
Respiré y me faltaba el aire. Necesitaba actuar profundo. A esas alturas, decidí cambiar tácticas porque así, a puras mantas, el frío no se iba a ir.
Era momento de protegerme. y eso me llevo a buscar a gente que quiero y que me eleva. No toda la gente que quiero me hace sentir mejor. Yo necesitaba sentirme mejor y busqué gente que amo y me eleva. Gente con más alta vibración que la mía. Decisión correcta. Sonidos de tambor, guitarra y cantos dulces. Caminata por el bosque. Corazón empezaba a sentir, a abrirse de nuevo.