10 RAZONES PARA MUDARSE DE CIUDAD



En tres días nos mudamos de ciudad. Muchos nos preguntaron porqué y la respuesta fue honesta y simple: llegamos a un lugar que nos gustó y encontramos la forma de quedarnos más tiempo. Tan simple que pareciera que algunos se quedaron inconformes. ¿Qué debería ser más satisfactorio qué hacer lo que uno quiere y estar donde se le da la gana? ¿Necesitamos más razones que esas para encontrar una respuesta correcta? Entonces, se me ocurrió hacer una lista, solo 10 razones porque hay miles más, por las cuales recomiendo cambiar de lugar cada cierto tiempo. 

1. DESAPEGO MATERIAL: En los últimos diez años es incontable la cantidad de veces que tuve que volver a comprar cosas básicas y elementales como platos, cucharas, una mesa, licuadora, cama y demás. En general mis muebles fueron plegables, todo bastante portátil. Con mudanzas más lejanas, no queda más que vender y regalar. También he tenido que desprenderme de vehículos y hasta casas. Y la verdad, pese a ciertos sentimientos de recelo por algo en particular, nunca sentí ningún tipo de dolor por deshacerme de las cosas, por el contrario, los últimos tiempos hasta me dio placer. Placer porque pasan a otras manos, placer porque significa que me llegarán cosas nuevas. Placer porque con el tiempo en realidad en vez de acumular tengo cada vez menos cosas y más elementales. Exceptuando por ciertos artefactos de cocina, que es mi hobby, algunos libros de naturismo porque los demás ya asumí, sí con cierto dolor (mentí antes) que son bastante difíciles de transportar, y la ropa básica, no tengo grandes pertenencias. Hablo por mí pero el desapego se aplica a los tres miembros de la familia. La más pequeña ha regalado muchas cosas y con orgullo de mamá he visto que sin dramas, así también ha recibido muchos regalos en cada lugar nuevo que llegó.


2. TRABAJO: Contrario a lo que todos piensan, particularmente viajar me ha beneficiado a nivel laboral. Lejos de estar esperando acumular antigüedad y jubilación, para bien y para mal he hecho lo que se me viene en gana. Tuve trabajos buenos, reglares y malos,  pero no me arrepiento de haber estado ni salido de ninguno. De todos aprendí un montón, especialmente que cada lugar tiene sus mañas, que no existen reglas básicas y que lo que creías correcto en un lugar es incorrecto en otro. Todo varía y por lo tanto lo único que vale a la hora de adaptarse y hacer bien las cosas son simples: ser creativo, no tener miedo a preguntar TODO  lo que se necesite saber y sobre todo, SER HUMILDE. Porque cuando uno es nuevo tiene que saber adaptarse y aprender de los demás, no hay otra manera. La recompensa es buena. La experiencia que da la versatilidad hace que uno pierda el miedo a quedarse sin trabajo porque sabe que algo siempre puede emprender, el haber pasado por un montón de lugares diferentes impide que uno se case con instituciones y métodos de trabajo, sin embargo aprende de la disciplina que brinda una institución a la par que se actualiza con distintas prácticas. Lo que me lleva a otros puntos de mi lista.

3. MUDARSE NO ES LO MISMO QUE ESTAR DE PASO: Dos días en un lugar valen mucho, pero cuando uno se muda es cuando realmente conoce un lugar. Vivir la idiosincracia de sitios diferentes ayuda a realmente convivir y conocer un lugar. Y aunque la clase de conocimientos a la que me refiero es en general subjetiva, se necesita, a mi humilde parecer,  un mínimo de tiempo. Por otro lado, ninguna ciudad equivale a un país.  En México hemos vivido en Cancún, Zacatecas, Malinalco y Ciudad de México y las experiencias han sido muy diferentes. Volvería a México y viviría en otras ciudades y me seguiría llevando gratas sorpresas. Las alternativas no tienen fin. Trabajar en un lugar diferente es una puerta a conoce gente nueva y es a través de la gente que uno aprende. Eso de que las personas somos todas iguales, sí, es una acertada generalización, pero cada persona está empapada de su cultura y es ahí donde las personas que aman viajar encuentran la magia.

4. LA GEOGRAFÍA IMPORTA: Definitivamente no es lo mismo vivir cerca del mar, que del río, la montaña, el desierto, etc. Y creo que sería maravilloso vivir todas las experiencias posibles. Los lugares tienen su propia energía y dependiendo de su naturaleza se dan circunstancias diferentes. Muy diferente vivir en la vibración de una ciudad turística con gente de todos lados, que una ciudad de origen minero o en un pueblo donde la gente dependa de la tierra, como en Cabañas, Cordillera, Paraguay, donde los comercios de mis vecinos eran viveros. Cada lugar tuvo su tiempo maravilloso y por supuesto, cada lugar fue acorde a nuestros estados de ánimo y búsquedas del momento. El campo nos dio cierta mirada interior que a lo mejor en la ciudad la teníamos un poco recluida. Por otro lado, a mi hija le dio la libertad que no tenía en la ciudad, sin desmeritar los aportes que recibimos en cada lugar. Se trata de valorar esa belleza. Ahora nos enamoramos del río Paraná y consideramos que es un buen momento para ir a vivir a sus orillas.

5. LA AMISTAD. No somos desalmados. Hemos tenido que aprender a mantener los lazos a través del tiempo y la distancia. Nos hemos perdido momentos maravillosos con amigos y familiares y nos gustaría poder compartir más. Pero por otro lado, es maravilloso crear familias lejos de casa, familias de amigos. Actualmente, gracias a Internet, es más fácil mantener la comunicación. Incluso me he llevado la sorpresa de regresar a lugares después de años y ver como gente que se quiere y vive cerca nunca se ve, porque no tienen tiempo, porque los agobian los compromisos. La distancia, reitero, es otra cosa subjetiva. La amistad vale oro. Nada más lindo que reencontrarse con viejos amigos, nada más lindo que hacer nuevos.

6. LA FAMILIA: En este caso me refiero a pareja e hijos. Con la que uno arma los planes. Con mi pareja no siempre estamos de acuerdo pero como viajamos en familia tuvimos que aprender a negociar. No digo que sea regla, pero en mi caso creo que mudarnos en familia fortaleció lazos. El hecho de trazar metas juntos y cumplirlas ha trascendido nuestro nivel de compañerismo. Con la llegada de nuestra hija, consideramos que si bien es importante tener amigos de infancia y un punto central, que de alguna manera lo tiene en Asunción, donde siempre retornamos por la familia, también está aprendiendo mucho sobre adaptación al presente. Lo que lleva al siguiente punto.

7. FLEXIBILIDAD: Una nueva ciudad obliga a un cambio de rutina. Cada cierto tiempo y para no caer en vicios mentales, qué mejor que romper las viejas estructuras. Al fin y al cabo todo es una cuestión de creencias.


8. APERTURA MENTAL: Desde chicos nos llenan el chip con muchos prejuicios, después nosotros continuamos por el mismo sendero. Pero cuando la discriminación la vive uno en carne propia, obviamente aprende a no ser tan prejuicioso. Personalmente, viajado me saqué muchos cucos de la cabeza. En cuanto a las opiniones infundadas, me las paso. En todos lados del mundo la gente quiere opinar de todo. Gente sin hijos habla de formas de educación, solteros y divorciados dan consejo sobre la pareja, los más amargados te dicen lo que tienes que hacer, los endeudados como administrar tus bienes. Sí, somos un espejo. En cuanto a los xenófobos…para qué perder el tiempo.

9.MANEJAR  EL MIEDO: Sí, miedo dan los cambios y el miedo no se pierde porque se vence uno y aparece otro. Miedo se controla y nada más. Miedo se aprende a dejar que no nos domine e impida que hagamos lo que soñamos, que muchas veces es lo que mayor miedo nos da.

10. HACER LO QUE UNO QUIERE: ¿Hay algo más espiritual que eso? Hacer lo que uno quiere significa hacernos cargo de nuestra propia vida, de nuestro futuro, cargo de cada una de las decisiones que tomamos. Asumir la responsabilidad para bien y mal. Es imposible ser feliz si uno no hace lo que quiere  ni sigue los dictados del alma. Y si uno quiere renovarse, que lo haga mil veces si hace falta. Uno siente cierta afinidad con algunas ciudades, pasa lo mismo que con la gente. Y si a uno le estira cambiar de casa, simplemente que lo haga.

Obviamente estas son MIS razones, lo que no significa que le vayan a los demás, ni que sea un elixir de la felicidad. Solo es una manera de compartir diez simples puntos por los que me gusta cambiar de ciudad cada tanto, y si alguien tiene ganas y le sirve de impulso, mejor!



3 comentarios :

  1. Yo no te perdono tanto que te vayas de nuevo pero tuve que asumir que sos una vaga y que así y todo te quiero. Suerte en esta nueva aventura mi fantocha favorita... pero no te libraras de mi tan facilmente...

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    1. Mi flaqui!!! Lo que menos quiero es librarme, ja ja, algún día compraremos el terreno que está al lado de tu casa. Mientras, tenés un lugar nuevo para visitar. te quiero!!

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  2. Bueno, ya hace un tiempito que está escrito este post (¿se dice así)? Agradezco mucho que lo hayas compartido, a mí me ha venido muy bien leerlo.
    Muy sabias reflexiones. Muchas gracias, de corazón.

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