En tres días nos mudamos de ciudad. Muchos nos preguntaron porqué y la respuesta fue honesta y simple: llegamos a un lugar que nos gustó y encontramos la forma de quedarnos más tiempo. Tan simple que pareciera que algunos se quedaron inconformes. ¿Qué debería ser más satisfactorio qué hacer lo que uno quiere y estar donde se le da la gana? ¿Necesitamos más razones que esas para encontrar una respuesta correcta? Entonces, se me ocurrió hacer una lista, solo 10 razones porque hay miles más, por las cuales recomiendo cambiar de lugar cada cierto tiempo.
2. TRABAJO: Contrario a lo que todos piensan, particularmente viajar me ha
beneficiado a nivel laboral. Lejos de estar esperando acumular antigüedad y
jubilación, para bien y para mal he hecho lo que se me viene en gana. Tuve
trabajos buenos, reglares y malos, pero no
me arrepiento de haber estado ni salido de ninguno. De todos aprendí un montón,
especialmente que cada lugar tiene sus mañas, que no existen reglas básicas y
que lo que creías correcto en un lugar es incorrecto en otro. Todo varía y por
lo tanto lo único que vale a la hora de adaptarse y hacer bien las cosas son
simples: ser creativo, no tener miedo a preguntar TODO lo que se necesite saber y sobre todo, SER
HUMILDE. Porque cuando uno es nuevo tiene que saber adaptarse y aprender de los
demás, no hay otra manera. La recompensa es buena. La experiencia que da la versatilidad
hace que uno pierda el miedo a quedarse sin trabajo porque sabe que algo
siempre puede emprender, el haber pasado por un montón de lugares diferentes impide
que uno se case con instituciones y métodos de trabajo, sin embargo aprende de
la disciplina que brinda una institución a la par que se actualiza con
distintas prácticas. Lo que me lleva a otros puntos de mi lista.
3. MUDARSE
NO ES LO MISMO QUE ESTAR DE PASO: Dos días en un lugar valen mucho, pero cuando
uno se muda es cuando realmente conoce un lugar. Vivir la idiosincracia de
sitios diferentes ayuda a realmente convivir y conocer un lugar. Y aunque la
clase de conocimientos a la que me refiero es en general subjetiva, se
necesita, a mi humilde parecer, un mínimo
de tiempo. Por otro lado, ninguna ciudad equivale a un país. En México hemos vivido en Cancún, Zacatecas,
Malinalco y Ciudad de México y las experiencias han sido muy diferentes.
Volvería a México y viviría en otras ciudades y me seguiría llevando gratas
sorpresas. Las alternativas no tienen fin. Trabajar en un lugar
diferente es una puerta a conoce gente nueva y es a través de la gente que uno
aprende. Eso de que las personas somos todas iguales, sí, es una acertada
generalización, pero cada persona está empapada de su cultura y es ahí donde
las personas que aman viajar encuentran la magia.
4. LA GEOGRAFÍA IMPORTA:
Definitivamente no es lo mismo vivir cerca del mar, que del río, la montaña, el
desierto, etc. Y creo que sería maravilloso vivir todas las experiencias
posibles. Los lugares tienen su propia energía y dependiendo de su naturaleza
se dan circunstancias diferentes. Muy diferente vivir en la vibración de una
ciudad turística con gente de todos lados, que una ciudad de origen minero o en
un pueblo donde la gente dependa de la tierra, como en Cabañas, Cordillera, Paraguay,
donde los comercios de mis vecinos eran viveros. Cada lugar tuvo su tiempo
maravilloso y por supuesto, cada lugar fue acorde a nuestros estados de ánimo y
búsquedas del momento. El campo nos dio cierta mirada interior que a lo mejor
en la ciudad la teníamos un poco recluida. Por otro lado, a mi hija le dio la
libertad que no tenía en la ciudad, sin desmeritar los aportes que recibimos en
cada lugar. Se trata de valorar esa belleza. Ahora nos enamoramos del río
Paraná y consideramos que es un buen momento para ir a vivir a sus orillas.
5. LA AMISTAD. No somos desalmados.
Hemos tenido que aprender a mantener los lazos a través del tiempo y la
distancia. Nos hemos perdido momentos maravillosos con amigos y familiares y
nos gustaría poder compartir más. Pero por otro lado, es maravilloso crear
familias lejos de casa, familias de amigos. Actualmente, gracias a Internet, es
más fácil mantener la comunicación. Incluso me he llevado la sorpresa de
regresar a lugares después de años y ver como gente que se quiere y vive cerca
nunca se ve, porque no tienen tiempo, porque los agobian los compromisos. La
distancia, reitero, es otra cosa subjetiva. La amistad vale oro. Nada más lindo
que reencontrarse con viejos amigos, nada más lindo que hacer nuevos.
6. LA FAMILIA: En este caso me
refiero a pareja e hijos. Con la que uno arma los planes. Con mi pareja no
siempre estamos de acuerdo pero como viajamos en familia tuvimos que aprender a
negociar. No digo que sea regla,
pero en mi caso creo que mudarnos en familia fortaleció lazos. El hecho de
trazar metas juntos y cumplirlas ha trascendido nuestro nivel de compañerismo.
Con la llegada de nuestra hija, consideramos que si bien es importante tener
amigos de infancia y un punto central, que de alguna manera lo tiene en
Asunción, donde siempre retornamos por la familia, también está aprendiendo
mucho sobre adaptación al presente. Lo que lleva al siguiente punto.
7. FLEXIBILIDAD:
Una nueva ciudad obliga a un cambio de rutina. Cada cierto tiempo y para no
caer en vicios mentales, qué mejor que romper las viejas estructuras. Al fin y
al cabo todo es una cuestión de creencias.
8. APERTURA
MENTAL: Desde chicos nos llenan el chip con muchos prejuicios, después nosotros
continuamos por el mismo sendero. Pero cuando la discriminación la vive uno en
carne propia, obviamente aprende a no ser tan prejuicioso. Personalmente,
viajado me saqué muchos cucos de la cabeza. En cuanto a las opiniones infundadas,
me las paso. En todos lados del mundo la gente quiere opinar de todo. Gente sin
hijos habla de formas de educación, solteros y divorciados dan consejo sobre la
pareja, los más amargados te dicen lo que tienes que hacer, los endeudados como
administrar tus bienes. Sí, somos un espejo. En cuanto a los xenófobos…para qué
perder el tiempo.
9.MANEJAR EL MIEDO: Sí, miedo dan los cambios y el
miedo no se pierde porque se vence uno y aparece otro. Miedo se controla y nada
más. Miedo se aprende a dejar que no nos domine e impida que hagamos lo que
soñamos, que muchas veces es lo que mayor miedo nos da.
10. HACER
LO QUE UNO QUIERE: ¿Hay algo más espiritual que eso? Hacer lo que uno quiere
significa hacernos cargo de nuestra propia vida, de nuestro futuro, cargo de
cada una de las decisiones que tomamos. Asumir la responsabilidad para bien y
mal. Es imposible ser feliz si uno no hace lo que quiere ni sigue los dictados del alma. Y si uno
quiere renovarse, que lo haga mil veces si hace falta. Uno siente cierta afinidad
con algunas ciudades, pasa lo mismo que con la gente. Y si a uno le estira
cambiar de casa, simplemente que lo haga.
Obviamente
estas son MIS razones, lo que no significa que le vayan a los demás, ni que sea
un elixir de la felicidad. Solo es una manera de compartir diez simples puntos
por los que me gusta cambiar de ciudad cada tanto, y si alguien tiene ganas y le
sirve de impulso, mejor!
Yo no te perdono tanto que te vayas de nuevo pero tuve que asumir que sos una vaga y que así y todo te quiero. Suerte en esta nueva aventura mi fantocha favorita... pero no te libraras de mi tan facilmente...
ResponderEliminarMi flaqui!!! Lo que menos quiero es librarme, ja ja, algún día compraremos el terreno que está al lado de tu casa. Mientras, tenés un lugar nuevo para visitar. te quiero!!
EliminarBueno, ya hace un tiempito que está escrito este post (¿se dice así)? Agradezco mucho que lo hayas compartido, a mí me ha venido muy bien leerlo.
ResponderEliminarMuy sabias reflexiones. Muchas gracias, de corazón.