Cabañas

Balearon a la estrella de la selección, balearon a Cabañas. Un bar del DF fue el escenario y nuestro paraguayo de oro está batallando con una bala en la cabeza.
La emoción que nos invadió a todos fue desbordante, difícil de canalizar. Los paraguayos se unieron y fueron a llorar y dar fuerza a la cancha, se manifestaron, abrieron sitios en el Facebook, se indignaron.

Me comuniqué con muchos amigos que me relatan sus experiencias, lo que van a hacer, todo lo que está ocurriendo en Paraguay, donde el país está sensibilizado hasta la médula porque Cabañas no es político, ni crea divisiones. Hoy todo Paraguay de esa manera invisible pero omnipotente, se siente en el aire y yo lo siento desde tan lejos, a 10 mil kilómetros de distancia, desde México, lo siento, aunque claro que me gustaría estar un rato allá, compartiendo con mis compatriotas como hinchada de un partido que no se juega allí, sino en un hospital del DF.

Aquí también está la pena, los hinchas del América se agarran la cabeza y siguen minuto a minuto noticias nuevas. Pero el América no es la selección y el dolor está aunque no de manera nacional.

“Lo sentimos mucho”, me dicen mis amigos mexicanos, “que triste”, y nadie tiene más palabras para algo que nadie entiende: Le dispararon a Salvador Cabañas.