Dejá correr al río

El Río Paraná tiene una superficie de 2570 km pero solo 2550 metros de agua separan las ciudades de Encarnación, Paraguay, y Posadas, Argentina. Cuando M estaba trotando por la costanera del lado paraguayo y vio las luces del país vecino, no pudo evitar recostarse en la baranda y estirar los brazos. Parecían tan cercanas que creyó que con tres brazadas podría llegar al otro lado. La noche estaba abierta y recordó al señor G.

Treinta y cinco años atrás, el doctor G estaba pescando con su hijo y se detuvo a ver lo cerca que estaba de su país, tan cerca que parecía que con tres brazadas lo podía acariciar pero tan lejos que era imposible. El río le despertaba su nostalgia de exiliado. Tras días difíciles y noches de insomnio, la brisa paranaense lo puso desafiante y quiso ver si los vientos le traían olor a patria. Se acercó al punto de ser visible sin salir del límite argentino. Le salió caro. Pensó en tirarse al río pero viajaba con el pequeño R. Militares remolcaron su embarcación hasta Encarnación y él pudo volver a pisar su tierra en circunstancias no gratas.