Imponentes las Cataratas del
Iguazú. Cien por ciento guaraníes. Descubiertas un día de enero, relataba Alvar
Núñez Cabeza de Vaca en su libro Naufragios y Comentarios, que al llegar en
1542 con su expedición a la zona encontró el primer río desde que salió de las
costas de Brasil, en Santa Catarina. Gracias al apoyo de los nativos que les
vendieron canoas y los guiaron, acompañado de 80 hombres partió por el río
Iguazú cuando las corrientes del río empezaron a desprender toda su furia
contra las canoas, razón que los obligó a sacarlas del agua y seguir el viaje
por tierra llevándolas más de media legua “a fuerza de brazos”.
El lugar fue descrito así: “el río
da un salto por unas peñas muy altas, y da el agua en lo bajo de la tierra tan
gran golpe que de muy lejos se oye, y la espuma el agua como cae con tanta
fuerza”. Lejos de ser un acto de contemplación de una de las siete nuevas maravillas
del mundo por la obstaculización a la hora de continuar camino, el relato
prosiguió de la siguiente manera: “Salvado aquel mal paso, volvieron a meter en
el agua las dichas canoas y proseguir su viaje, y fueron por el dicho río abajo
hasta que llegaron al Río Paraná”.
Actualmente, uno de los saltos lleva el nombre de este
aventurero. Y por supuesto, y mediante la gran infraestructura turística
realizar los recorridos por la zona es un placer. Las personas con espíritu un
poco más inquieto pueden realizar un tour de acercamiento en balsa tanto en la
parte inferior como superior de las Cataratas.
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